jueves, 14 de mayo de 2009

Apuntes histórico-ambientales (I)

Hasta hace bien poco el peso que se ha atribuído a los factores ambientales en el estudio de la Historia ha sido más bien escaso. El medio ambiente ha consituído desde siempre el sustrato donde ha transcurrido la historia humana. Y no sólo hablo de los impactos del hombre en la naturaleza. Me gustaría dedicar unas cuantas entradas (ya veremos cuántas salen) a esta relación desde distintos puntos de vista. Hoy os hablaré de la deforestación en la antigua Grecia.

La deforestación no es sólo un importantísimo problema en cuanto a la pérdida de biodiversidad que produce, sino que resulta la principal causa del proceso de desertificación, especialmente alarmante si hablamos de un clima como el mediterráneo.

Los problemas que causa la deforestación, principalmente en las zonas montañosas, son conocidos desde hace muchísimos siglos. Las montañas, en la antigüedad, comenzaron a perder su cubierta vegetal en los alrededores de las grandes ciudades. Para las civilizaciones antiguas la madera fue un producto básico imprescindible. Sus aplicaciones iban desde la construcción de casas a la fabricación de muebles, carros, barcos o herramientas agrícolas. Especialmente importante era su uso como material combustible para la preparación de alimentos, la fundición o la producción de cerámica. Complemento de estas aplicaciones de la tala forestal es la obtención de tierras para la agricultura y la ganadería, uno de los principales factores limitantes para una civilización expansiva o con ansias de serlo.

En la antigua Grecia se daban estos condicionantes y tenemos documentado cómo el alto consumo de leña y madera provocó la desaparición gradual de los bosques, aumentó la erosión de los suelos y provocó una mayor pérdida de agua por escorrentía. Platón describía en su diálogo Critias, alrededor del 350 a. C., la situación en la región de Ática:

En comparación con lo que había entonces, lo de ahora ha quedado - tal como sucede en las pequeñas islas - semejante a los huesos de un cuerpo enfermo, ya que se ha erosionado la parte gorda y débil de la tierra y ha quedado sólo el cuerpo pelado en la región. Entonces, cuando aún no se había desgastado, tenía montañas coronadas de tierra y las llanuras que ahora se dicen de suelo rocoso estaban cubiertas de tierra fértil. En sus montañas había grandes bosques, de los que persisten signos visibles, pues en las montañas que ahora sólo tienen alimento para las abejas se talaban árboles no hace mucho tiempo para techar las construcciones más importantes, cuyos techos todavía se conservan. Había otros muchos árboles útiles y la zona producía muchísimo pienso para el ganado. Además, gozaba anualmente del agua de Zeus, sin perderla, como sucede en el presente que fluye del suelo desnudo al mar; sino que, al tener mucha tierra y albergar el agua en ella, almacenándola en diversos lugares con la tierra arcillosa que servía de retén y enviando el agua absorbida de las alturas a las cavidades, proporcionaba abundantes fuentes de manantiales y ríos, de las que los lugares sagrados que perduran hoy en las fuentes de antaño son signos de que nuestras afirmaciones actuales son verdaderas. [Platón, Critias, 111 b-d]


Y es que las colinas de Ática fueron despojadas de árboles en apenas un par de generaciones. Solón, que en torno al 590 a. C. ya sostenía que había que prohibir el cultivo en las pendientes por la cantidad de suelo que se estaba perdiendo, intentó transformar el antiguo cultivo de cereal en cultivos arbustivos como vid y olivo. Dado que los suelos de la región, no muy productivos de por sí y empobrecidos tras la deforestación, apenas podían abastecer a la población con cereales, su estrategia fue conseguir un más fácil intercambio de sus excedentes de aceite y vino con el cereal de Egipto y Mar Negro. Pisístrato, décadas más tarde, continuó con la misma política, pero dando subsidios para la plantación de olivos, casi el único cultivo que podía ya desarrollarse en las erosionadas pendientes de Ática.

3 comentarios:

  1. Muy interesante el trabajo que estás haciendo. Desconocía la faceta "ecologista" (por decirlo de algún modo) de Solón; un personaje muy interesante también por otras cuestiones. Me imagino que cuando llegues a España te vas a "hinchar": desde la ardilla estraboniana que viajaba desde los Pirineos a Gibraltar sin bajar a tierra hasta la "provincia marítima" de Segura de la Sierra.

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  2. Muchas gracias, Rafael. Con respecto a lo de la ardilla no puedo decir nada después de que el amigo Copépodo hiciese esta entrada genial que recomiendo leer a todo el mundo.

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  3. Se ve q tipos como Sandokán han paseado por todos los tiempos para desforestar y construir, o desforestar para repoblar con árboles y/o plantas q sean productivos y generen beneficios. El género humano no se adapta al medio como el resto de las especies, obliga siempre al medio a adaptarse a su capricho, o tenemos remedio Miguel.

    "poderoso caballero es Don Dinero", de toa la vida.

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