sábado, 31 de marzo de 2012

Dos posibles caminos para Equo

Los resultados de las últimas elecciones en Andalucía y Asturias no han sido buenos para Equo. No solo no se ha aumentado en votos, sino que en muchas circunscripciones se ha disminuido el apoyo recibido. Es verdad que se explica fácilmente al analizar los efectos negativos de nuestro sistema electoral tanto en la distribución de escaños como en la decisión de los votantes, influenciados por ese sistema de distribución, que optan por el "voto útil". Aún así, todo ello merece una profunda reflexión. Una vez realizada, es importante plantearse el futuro del proyecto en un contexto que aplasta electoralmente a las minorías, sobre todo si no recurren al populismo barato perifascista y/o nacionalista. Es por ello que Equo debería pensar en dos posibles caminos a medio plazo: la apuesta firme por el decrecimiento o la búsqueda de un frente unitario.

El programa de Equo para las elecciones generales era en gran parte decrecentista, pero ni nombraba la palabra ni se abordaban aspectos importantes que se tendrían que pensar profundamente si se promoviese sin ambages un modelo basado en el decrecimiento. ¿Cómo desacoplar la creación de empleo del crecimiento económico? ¿Cómo estructurar una democracia económica que no se base en el crédito? ¿Cómo abordar las implicaciones sociales más inmediatas tras el pico del petróleo?

Equo puede (y debe) ser, como dice el manifiesto de Equo Andalucía, la evolución de la izquierda tradicional en siglo XXI, pero para ello la gran mayoría de sus integrantes tienen que comprender qué diferencia la crisis actual de crisis anteriores. Y es que esta crisis no terminará nunca. No, al menos, tal y como todos entendíamos que acababan las crisis económicas cíclicas del capitalismo.

Este camino decrecentista es una apuesta valiente y arriesgada, con la vista puesta en el futuro y basado en una estrategia de diferenciación con respecto a otras alternativas políticas existentes. La ecología política tiene todas las papeletas para encabezar la lucha por el decrecimiento en las instituciones públicas, pero para ello debe dar un salto cualitativo, desprenderse de discursos crecentistas (reactivación económica, crecimiento sostenible, etc.), entender por completo las implicaciones del descenso por la curva de Hubbert y trabajar con coherencia y en la práctica por un decrecimiento en equidad. El desarrollo de los acontecimientos irá abriendo posibilidades electorales para los que expliquen antes y mejor las causas de la crisis y ofrezcan alternativas viables dentro de un modelo sin contradicciones.

El segundo camino posible se basa en la lucha contra las reglas que, como dice Esteban de Manuel, impiden la innovación política. Para ello, la mejor estrategia sería proponer un debate amplio y sin prisas que reúna a todos los que ya están en marcha, como las Mesas de Convergencia, con el objetivo de establecer unos puntos básicos, pocos pero contundentes, para ir a las próximas elecciones generales integrados en un frente unitario. Ese breve programa consensuado debe ser la base sobre la que se inicie una segunda transición que, entre otros temas, cambie nuestra Ley Electoral. Unir las fuerzas para conseguir lo que compartimos puede ser el inicio de un nuevo tiempo político y social. Y es una decisión muy justificada, cada vez más, en una situación como la actual.

Optar por uno u otro de los caminos que aquí se proponen no tiene por qué ser excluyente. Se puede trabajar en paralelo en ambas propuestas, una con vistas al corto plazo que marcan las elecciones generales y otra con miras más amplias. Equo acaba de nacer, pero no puede creer que tiene el tiempo de reacción que otros tuvieron. El cambio de época ha comenzado y los acontecimientos se precipitan. Necesitamos organización y valentía.

8 comentarios:

  1. Es absurdo que te comente, pues ya sabes de sobra mi postura en este asunto. Creo que ambas alternativas no sólo es que sean combinables, sino que debe ser entremezcladas y reabsorbidas por todo ese frente unitario.

    EQUO efectivamente tiene la oportunidad de aceptar el discurso decrecentista, pero para ello primero debe comprender, y hacer llegar a todos los integrantes del proyecto político de EQUO, la imperiosa necesidad de romper con el actual modelo, explicar los motivos primigenios de la debacle en la que estamos inmersos, y trazar lazos de unión con el resto de fuerzas políticas que ya hoy, también, comienzan a abrir los ojos ante el desastre generalizado que se nos viene, siendo Izquierda Unida el gran referente en ese sentido (con representación parlamentaria).

    Comienza a tomar cuerpo, cosa que me preocupa por otros motivos que tú conoces, la constitución de ese frente unitario. Acuérdate, hoy nos gobierna la CEDA, los ingredientes están, el fuego ya empieza a calentar...

    pd: la podrías subir a La Colleja, mamón

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  2. Es evidente que el proyecto de EQUO ha pivotado hasta ahora fundamentalmente en torno a las convocatorias electorales, con lo que ello tiene de positivo (tensionamiento organizativo en torno a metas concretas e inmediatas) y de negativo (precipitación y acción centrada en la táctica, sin tiempo apenas para madurar un discurso político propio). Nos aglutina el convencimiento de la necesidad de hacer otras políticas y de hacer política de otra manera. La decepción con los partidos clásicamente considerados de izquierdas (PSOE e IU). Pero ahora es el momento de abordar de forma reflexiva la construcción de un discurso político innovador y socialmente atractivo, así como la estrategia necesaria para llevarlo a cabo. Generar y compartir alianzas, sin perder nuestras señas de identidad. Ahí están los retos y aportaciones tan sugerentes como ésta de Miguel son las que necesitamos para esta imprescindible debate. Gracias.

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  3. El miedo a la palabra "Decrecimiento", el miedo a que sólo la entienda una pequeña masa crítica, aún demasiado pequeña, pensamos, para que fermente la sociedad,hace que nos resistamos a profundizar y a hacer entendible el término a la gente. Sí también yo pienso que en la filosofía del decrecimiento está la llave para salir de esta crísis sistémica y EQUO tiene por delante, ahora que las prisas de tantas elecciones seguidas han quedado ¡por fín! atrás, tiempo para madurar y transmitir la idea adecuadamente.
    Saludos

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  4. Quiero agradecer a Miguel Antúnez sus reflexiones, aunque no tenga demasiado claro que esos son los dos caminos posibles para EQUO. Quiero decir, ¿Por qué debemos poner en relación los (flojos) resultados electorales con la posibilidad de acentuar el camino del decrecimiento o apostar por la unidad política de mínimos. Teniendo claro que debemos dejar mucho más claro nuestro perfil ecologista (y eso incluye, pero no solo, el decrecimiento), no creo que eso esté directamente relacionado con el resultado, partiendo de la base de que somos un partido nuevo y que tenemos mucho trabajo por delante en darnos a conocer y hacernos “confiables”. Es decir, ya pueden nuestras ideas ser las mejores, que por contárselas a la gente no nos aseguramos el voto, tenemos que ser capaces de hacer creíble que podemos ayudarles a solucionar sus problemas y para eso tenemos que estar, día a día, donde están sus preocupaciones. Ojo, no hablo de toda la sociedad, hablo de la gente que puede votarnos y que se tiene que acostumbrar a vernos en las luchas ecologistas, sociales, políticas y culturales en las que están ellos. Si tras las elecciones desaparecemos, no somos dignos de que nos voten, pero si, en cambio, participamos en plataformas, actividades, debates ciudadanos, etc. la gente ira pensando “esta gente suele estar al pie del cañón, me puedo plantear votarlos”. En cuanto a la unidad, desde el principio había entendido que el proyecto de EQUO nacía con la idea de ser, por fin, una alternativa claramente diferenciada de otros partidos, especialmente de aquellos con los que siempre había ido el ecologismo político (la izquierda) y que acababan vaciándolo de contenido. ¿O es que nos estamos planteando ir con UpyD en ese frente único porque también es una victima de la ley electoral? Por mi parte, prefiero pensar que tenemos el tiempo que haga falta para construir un movimiento que valga la pena, que “correr” puede ser contraproducente y que la confianza de la sociedad se gana con tiempo, trabajo y solidez interna.

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  5. Gracias por los comentarios.

    Ramón, la idea principal de mi reflexión es que o EQUO se diferencia claramente de otras formaciones políticas lanzando un mensaje bien estructurado a la opinión pública, o no tendremos relevancia puesto que no encontraremos un "nicho electoral". Leyendo programas te das cuenta de que gran parte, más del 80%, de lo que proponemos es coincidente con otros partidos, principalmente IU. No podemos combatir el "voto útil" siendo un remedo de un partido con más posibilidades de representación institucional (actualmente) que nosotros. Mi apuesta es una estrategia de diferenciación basada en el decrecimiento como gran paraguas para las políticas transformadoras de este siglo. Tenemos que presentar a las claras la idea de que el decrecimiento se va a producir (y se está produciendo) y que para que sea un decrecimiento ordenado y equitativo somos necesarios. El ecologismo tiene toda la autoridad moral para encabezar ese reto debido a su trayectoria. Si dejamos que otros partidos se adelanten habremos perdido la oportunidad histórica que se nos presenta para ser referentes políticos y sociales en este siglo.

    Por otro lado, lo de meter a UPyD en el frente unitario supongo que será una broma... Lógicamente hablo de la izquierda política y social de este país, la que tiene de verdad aspiraciones republicanas, federales y laicas, la que defiende lo público y la diversidad y la que reconoce, también, la necesidad de un cambio en las reglas de nuestro sistema electoral.

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  6. Se me olvidaba. Lo que dice María Jesús me parece relevante. No podemos huir de presentar claramente un mensaje a favor del decrecimiento por miedo a perder votantes. Sobre todo teniendo en cuenta que apenas tenemos votantes. Tenemos todo por ganar y nada que perder. Una apuesta firme, decidida y visibilizadora pro decrecimiento nos dará buenos resultados a largo plazo.

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  7. Lo de UPyD lo he dicho para que se vea que no se trataría de una unidad basada en resistir las carencias democraticas de la actual ley electoral, sino algo más profundo y programatico. De todas formas, no entiendo que nos queramos diferenciar y propongas que nos unamos en un frente amplio que estará compuesto en un 80-90% por IU y sus bien conocidas tentaciones de "unios a mí, que ya os digo yo lo que tenemos que hacer". Lo del mensaje diferenciador me parece bien, pero para construir una alternativa independiente, aunque luego se puedan llegar a acuerdos...

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  8. A ver, lo del frente unitario sería una convergencia puntual para trabajar por unos objetivos comunes, que los hay, entre todas las fuerzas de izquierdas del estado. No se trataría de unirse, de fusionarse, sino de ir juntos a las elecciones generales con un consenso programático de pocos puntos pero potentes. Si se cumplen esos objetivos puede darse un nuevo escenario en el que, ya cada uno por su lado, podamos jugar en mejores condiciones. De todas formas esta parte es la más utópica...

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