lunes, 1 de junio de 2009

Un problema de escala

A veces tiendo a imaginar a nuestra sociedad globalizada como un sencillo puzle infantil en el que intentamos introducir el círculo en el hueco del cuadrado, donde encaja a duras penas a base de forzarlo, y astillamos la pieza felices con nuestro logro. Pero, ¿cómo encajaremos el cuadrado en el lugar del círculo?

Es curioso cómo seguimos forzando las piezas de nuestro puzle por no reconocer que partimos de ciertas premisas equivocadas. La mayor de ellas quizás sea seguir considerando a la economía por encima de la naturaleza.

Hoy día, por mucho que la realidad nos muestre que algo no encaja, continuamos teniendo una visión de la economía como si de un sistema individual y aislado se tratase, por lo que no existe realmente una dimensión ambiental de la economía que rige actualmente nuestras sociedades. Sin embargo, la economía no puede ser otra cosa que un subsistema de un sistema más grande: el ecosistema Tierra.

El proceso económico es una transformación física del capital natural, de baja entropía, en productos útiles para el ser humano que, posteriormente, desechará como residuos, sacando materiales y energía de sus ciclos naturales y aumentando la entropía. El crecimiento económico es un incremento exponencial de este proceso, que agrava dramáticamente el problema.

El tan maltratado concepto de sostenibilidad seguirá siendo un adorno sin sentido mientras no integremos en nuestras vidas la premisa de que no podemos hablar de un desarrollo sostenible si seguimos en la espiral de crecimiento. No podemos hablar de sostenibilidad si seguimos produciendo residuos a una velocidad mayor de la que necesita el ecosistema para reintegrarlos en los ciclos biogeoquímicos. No podemos hablar de sostenibilidad si explotamos los recursos renovables más rápido de lo que tarda la naturaleza en restaurarlos. Y no podemos hablar de sostenibilidad si basamos nuestras sociedades en la explotación creciente de recursos no renovables.

Todo esto está causado, en gran medida, por la absurda creencia de que un sistema inferior (economía) puede estar por encima de un sistema superior (Tierra). Mientras esto siga así, continuaremos padeciendo (y agravando) las consecuencias de un problema de escala.

5 comentarios:

  1. ¿No te entra el síndrome de Casandra con estas cosas? Yo lo veo tan claro como tú, pero no intentes explicárselo a nadie sin que te mire como a un perro verde.

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  2. Ya te digo. Concretamente te miran como a un perroflauta verde.

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  3. Me quito el sombrero Miguel con esta entrada. Yo lo veo tan sencillo que no entiendo como la gente puede no verlo...habrá que seguir intentándolo.

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  4. ¿Esto lo has escrito tú? Porque si es así deberías dedicarte a que todo el mundo oyera a los perroflautas verdes y se planteen más de un lugar común, ¿no crees? Lo veo muy lógico y hay muchísima gente que piensa como tú. Ahora hay que ver cómo fabricamos una pieza redonda para meterla en el agujero redondo. ¿banca ética? ¿reciclaje de todo? ¿fuera trasgénicos? ¿abajo el corte inglés? ¿abajo las fábricas de coches?
    Me ha encantado el término "biogeoquímico".
    Un beso, te aplaudo.

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  5. Sí, lo he escrito yo. Gracias por los elogios. Ojalá fuese así y muchísima gente tuviese esto muy claro. El primer paso que hay que dar es admitir los límites del hueco que nos toca ocupar. Porque que la publicidad no os engañe, siempre hay límites.

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